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Jimmy Kimmel había prometido no hablar del acoso sexual durante la conducción de la 90 entrega de los premios Oscars. Le duró poco la promesa.
Y es que el conductor ya comenzó la ceremonia hablando de uno de los casos más controversiales en Hollywood: las denuncias de abuso sexual de decenas de actrices contra el productor Harvey Weinstein.
"El mundo nos está mirando. Tenemos que dar el ejemplo", lanzó Kimmel, "tenemos que ponerle fin al acoso sexual en el trabajo".
"La estatuilla del Oscar es lo más respetable que tenemos en Hollywood. Tiene las manos donde podemos verlas, no dice groserías y, lo más importante, no tiene pitilín”, ironizó.
Como si fuese poco, Kimmel aprovechó para hacer énfasis sobre las mujeres y la gente de color: "Black Panter y Wonder Woman fueron de las películas más taquilleras. Recuerdo cuando pensaban que un negro o una mujer no podían protagonizar una pelicula de superhéroes. Claro, fue en marzo del año pasado", disparó.
A su vez aseguró: "Solo el 11% de la mujeres pueden ser dirigidas por otras mujeres".
