jueves 28 de marzo del 2024
MúSICA 14-08-2017 18:06

Dos discos recomendados para volver a escuchar

Por: Héctor Velázquez | Elvis Presley y Vasos y besos son los joyas ideales para repasar en estos días.

Para no perderse entre las novedades musicales que abundan a diario, Exitoina te propone un interesante ejercicio de descubrimiento y de reencuentro con dos de los discos que marcaron la historia: Vasos y besos de Los Abuelos de la nada y Elvis Presley de Elvis Presley. Ideales para que vuelva a escuchar.

Los Abuelos de la Nada - “Vasos y Besos”. “La tristeza no camina, la alegría todo el día”, así con “No se desesperen” arranca este disco que vio la luz en 1983 y que contiene 11 joyas del pop y del rock argentino: están “Sintonía americana”, “Vamos al ruedo”, “Así es el calor”, “Chalamán” y ese himno llamado “Mil horas” (compuesto e interpretado por Andrés Calamaro que por aquel entonces contaba con 22 años de edad). En “Yo soy tu bandera”, “Espía de Dios”, “Hermana

Teresa” y “Mundos in mundos”, Miguel Abuelo, a mi entender el más grande frontman del rock nacional, se reafirma como un poeta y un intérprete sin igual. También está “Cucarachón de tribunal” que en su primera estrofa dice: “¿Alguien te ha dicho que eres horrible? ¡Qué eres un bicho horrible! Que no despiertas admiración, no, no, no”. La dedicatoria de Gustavo Bazterrica a un abogado tránsfuga que lo trampeo durante un proceso por tenencia de tres porros (causa

penal que en 1981 te ponía a la altura de un narcotraficante). Único, diferente, genial, pero por sobre todas las cosas optimista (un grito contenido y necesario de libertad luego de haber pasado por una de las dictaduras militares más sangrientas de Latinoamérica), así es el segundo disco perteneciente a la segunda etapa de la banda creada por Miguel Peralta (Miguel Abuelo) durante la década de 1960. Una joya instrumental y melódica que contó con una formación nivel “dream team”: Miguel Abuelo (voz y percusión), Gustavo “El Vasco” Bazterrica (guitarra y voz), Andrés Calamaro (teclados y voz), Gerardo Horacio López Von Linden más conocido como Cachorro López (bajo y voz), Daniel Melingo (saxo, clarinete y voz) y Eduardo “Polo” Corbella (batería). Funk, rock combinado con ritmos latinos, un toque sinfónico y de jazz, percusión (algo no acostumbrado en el arsenal instrumental del rock argento) y esa volcán, siempre en erupción, llamado Miguel Abuelo que decidió hacerse eterno un 26 de marzo de 1988, víctima del HIV.

Elvis Presley - “Elvis Presley”. Este es el debut discográfico de quien con el tiempo se transformaría simplemente en “El Rey”. Salió a la venta en abril de 1956, cuando el muchacho blanco nacido en Misisipi que podía combinar como nadie ritmos negros como el góspel, el blues y el rhythm and blues, con el country y las baladas más cercanas al jazz, tenía 21 años. Presencia, un registro vocal increíble, sensualidad y una rebeldía que proponía un ensamble cultural de lo blanco y de lo negro, inaudito para la época en los Estados Unidos, fueron la clave del éxito que había arrancado tiempo antes de la aparición de este álbum que contiene 12 temas. Efectivamente, la relación de Elvis con la fama ya había empezado en 1954 cuando grabó para Sun Record el simple que contenía del lado A “That’s all right” y del B “Blue moon of Kentucky”. Al año siguiente se

sucedieron la firma para el sello RCA y la presentación en el programa de televisión “Stage Show”, donde planto bandera, definitivamente, como la nueva sensación de la música. El arte de tapa es solo una foto de Presley en acción sobre el escenario guitarra en mano, con los ojos cerrados y la boca abierta como poseído. Un punto de quiebre en lo que venían siendo esas imágenes posadas y formales. Mucho rockabilly “Bluede suede shoes”, “I got a woman” (versión del tema de Ray Charles), “Just because” (tema grabado por primera vez por el grupo Nelstone's Hawaiians en 1928), “I’m gonna sit right down and cry (over you)” y el pegadizo “Money honey”. Con la inyección de country que mete en “Tutti Frutti” de Little Richard y la experimentación vocal y de efectos que hace en una espacial (en el sentido literal del término) versión de “Blue moon” (balada

popular que data de 1934), quedaba más que clara la necesidad de explorar y sorprender de este artista que llegaba para dejar su huella indeleble en la historia de la música.

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