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Michael Keaton sigue superándose a si mismo como intérprete y, con Hambre de poder –uno de los estrenos de esta semana– va un paso más allá componiendo al hombre que hizo que las hamburguesas de McDonald's fueran un producto de consumo masivo.
Encarna a Ray Kroc, un vendedor de Illinois que conoció a Mac y Dick McDonald (John Carroll Lynch y Nick Offerman) en tiempos en que vendía mezcladoras para malteadas express. Los McDonald tenían una hamburguesería en el sur de California en los años '50 que despachaba cientos de pedidos en sólo minutos. Impresionado por la velocidad con la que los hermanos cocinaban la comida en el stand de hamburguesas de San Bernardino y la multitud de clientes que atraían, Kroc inmediatamente vio el potencial de franquicia y se las ingenió para que los hermanos le permitieran, después de mucha negociación, vender franquicias de la marca.
Los buenazos McDonald's no saben adónde se metieron y, sobre el final de la película dirigida por John Lee Hancock (El sueño de Walt Disney) se basó el libro publicado por el propio multimillonario y Kroc también en una exhaustiva investigación que incluyó información cedida por los descendientes de los McDonald. El resultado es una historia real y sorprendente, la de un hombre ambicioso, capaz de hacer lo que sea para alcanzar su cometido.
Y a Keaton lo acompañan caras conocidas (como la de Linda Cardellini, Laura Dern y Patrick Wilson) que estan a la altura del protagonista. Además, la película está producida por The Combine, la compañía de Jeremy Renner y Don Handfield (éste último fue el encargado de hacer la investigación). Pero el mejor motivo para verla es enterarse de cómo nació y cómo se alimenta esta máquina de hacer dinero que comenzó en California y ahora está en todo el mundo. Te vas a sorprender.
Por Patricia Daniele | Twitter: @Pato_Daniele
