miércoles 24 de abril del 2024
PREMIOS OSCARS 27-02-2017 02:23

Moonlight: La discriminación en todas sus expresiones

Por Juan Carlos Fontana | La ganadora del Oscar a mejor película es una cinta correcta que puede estar sobrevalorada.

LUZ DE LUNA

Buena

Título original: Moonlight

Dirección: Barry Jenkins

Guión: Barry Jenkins sobre el texto teatral de Tarrell McCraney

Intérpretes: Mahershala Ali, Alex R. Hibbert, Duan Sanderson, Naomie Harris, Ashton Sanders y Trevante Rhodes

Origen: Estados Unidos (2016)

Duración: 111´

Un melodrama contado con cierta parsimonia, sin exabruptos y prácticamente como si se tratará de unir una serie de recuerdos que se corresponden con otra época, es lo que propone el estadounidense Barry Jenkins, en esta historia sobre el autoconocimiento de un niño negro, que es víctima de bullying en la escuela, no tiene padre y es hijo de una madre prostituta y drogadicta.

El film con varias nominaciones al Oscar está sobrevaluado tal vez, porque, precisamente, se le otorgaron todos los protagónicos a actores negros, los que cada uno en su personaje, muestran una muy convincente calidad interpretativa. En especial la que asumen los intérpretes, en el papel de Chiron, en su niñez (Alex R Hibbert), en la adolescencia (Ashton Sanders) y a los 30 (Trevante Rhodes).

Si bien el relato resulta aceptable en su narración cinematográfica, en el tiempo dramático que el director se permite para mostrar la sutileza de los sentimientos, también es verdad que los clisés que aporta la historia, no resultan demasiado verosímiles: droga, bullying, maltrato familiar, madre drogadicta, o un dealer como padre sustituto.

Acá, Chiron el protagonista es un niño tímido, sin referentes en su casa de un adulto varón, ni tampoco una madre que sea un modelo de valores morales. Ese comportamiento callado del niño, que casi no reacciona ante la agresividad del resto de sus compañeros de estudios, hace que se lo defina como un homosexual. Este interrogante, si Chiron es o no gay, intenta acompañar toda la película, aunque nunca encuentra una respuesta, porque el director se inclinó más en desmitificar la supuesta agresividad de los negros y su presunta masculinidad, mediante determinadas actitudes sensibles en un grupo de hombres de color.

El film describe tres etapas del personaje, en su niñez, su adolescencia y su adultez y no aporta nada nuevo en el mostrar el consumo y venta de drogas en un barrio como Liberty City en Miami, en el que el dealer que le vende drogas a la madre de Chiron, es capaz de defenderlo del acoso y la agresión que recibe el chico por parte de sus compañeros de escuela, que ven al pequeño como muy callado y desprotegido, por lo que lo acusan de marica.

Más tarde una reacción de Chiron adolescente ante su agresor en el aula hace que vaya a parar a la cárcel. Eso tal vez provoca que años después tome como ejemplo para ganarse la vida, la actividad de su padre sustituto y vende drogas en Atlanta. Pero un recuerdo de un acto sexual en la infancia parece perseguirlo de por vida, lo que da lugar a un final abierto y demasiado poco creíble.

*Especial para Diario PERFIL

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