jueves 28 de marzo del 2024
MúSICA 25-06-2016 08:55

Zeta Bosio: "La gente mantiene viva a Soda"

El bajista de Soda Stereo tiene programa propio en Radio Nacional, donde pasa música electrónica. Asegura que no hay recambio musical porque las discográficas no les dan espacio a los jóvenes y apuestan a consagrados. Confiesa que creyó que Gustavo Cerati iba a despertar del coma. Galería de fotosGalería de fotos

Por Gustavo Mendez | Publicado en la edición impresa de Diario Perfil

Zeta Bosio está hipnotizado por la pantalla del iPhone. Sus dedos se mueven más rápido que cuando tocaba los acordes de En la ciudad de la furia en pleno show de Soda Stereo. "Perdón, me estoy mensajeando con mi mujer", se disculpa el músico ante PERFIL. Del otro lado, Estefanía Iracet informa que en casa todo está en orden, principalmente la pequeña Anastasia, de un año y medio. Aún queda por grabar un edición más de Audio, el programa de música electrónica que conduce junto a DJ Buey los días sábados (23 a 01) en la emisora estatal FM Nacional Rock 93.7. Ese es el único instante que tiene el músico para charlar. Le espera un viaje a Ushuaia por trabajo, descansar en Nueva York y luego meterse en el estudio para terminar el disco nuevo de su banda, Shoot The Radio. Zeta bloquea el celular, levanta la mirada, suspira, regala una sonrisa y dice: "Arranquemos".

—Antes, una aclaración, Zeta, para no cometer un error al momento de escribir la nota, ¿sos un ex o un Soda Stereo?

Soy un Soda Stereo. No un ex Soda Stereo. Cuando leo que escriben ex Soda Stereo lo corrijo siempre. La banda no está muerta y tampoco va a morir.

—Cuando te convocó Boby (Flores, director de La Rock), ¿dudaste de venir a trabajar a un medio público?

—Sí, un ratito, la verdad, porque tenía bien en claro que Radio Nacional es propiedad de todos, lo que es una reponsabilidad extra. Por suerte, les interesó mi propuesta de hacer un programa de música electrónica.

—¿Qué pasa con el rock nacional? ¿Por qué no hay una banda que irrumpa como lo hicieron ustedes con Soda o los Redondos?

La escena del rock nacional está teñida. Es como que hay poco espacio para la renovación y para que los más jóvenes puedan ocupar el lugar que tienen los que ya vienen trabajando desde hace un tiempo, y ese recambio no se produce, al menos en lo que hace a la difusión, a la presencia de los medios.

—¿Por qué pasa eso?

—El tema es que los sellos discográficos no trabajan más con bandas nuevas sino que trabajan con bandas hechas, que es diferente.

—¿Van a la guita?

—Sí, al negocio. Es que no tienen la situación que tenían en otras épocas en que podían darse el gusto de experimentar, perder, porque están al límite de presupuesto, y van directramente a los bifes.

—En el primer programa pasaste una canción de Zero Kill, la banda de Benito Cerati, y antes de presentarlo dijiste: "Me emociona mucho". Vos tenés tu hijo, Simón (26), que también toca. ¿Qué te pasa cuando ves a Benito y a tu hijo?

—Tanto mi hijo como Benito son parte de otra generación, muy distinta. Hay un legado, pero tienen su propio camino por recorrer y no tienen que cumplir con algún preconcepto que alguien les imponga. Yo creo que el mayor desafío lo tiene Benito, que de alguna forma quedó más expuesto que Simón.

—¿Encontrás talentoso a Benito?

—Sí, creo que es un artista y tiene muchas cosas a favor, ser el hijo de Gustavo, compartir información con él, venir de un padre artista... Compararlo con Gustavo es difícil, porque él no venía de una familia de artistas. En nuestra generación, ser músico era ser un marginal, y realmente lo hicimos en contra de los deseos de nuestro padres, no teníamos su apoyo.

Zeta Bosio lanzó al mercado su biografía Yo conozco ese lugar, de Editorial Planeta. "Soda es una banda más que interesante que la gente mantiene viva, con una gran cantidad de bandas tributo que llevan un montón de gente, y eso demuestra que el público también tiene ganas de vernos todavía aunque sea en una imitación", dice el bajista, de 57 años.

El año pasado, tras la muerte de Gustavo Cerati, se editó una biografía no autorizada, con la firma de Juan Morris. "Leí fragmentos y no respondían a la verdad de lo que había sido el espíritu de Soda, de Gustavo, está sacado de entrevistas de gente de la periferia y luego el autor sacó sus conclusiones. Son fábulas que surgen de la cabeza del autor y de la boca de gente que ni siquiera fue protagonista directa de la parte artística o musical. Que una novia que estaba con Gustavo diga que la letra la escribió ella, ese punto ya es tremendo", dice y analiza: "Yo creo que el libro mío se diferencia en que está contado por alguien de adentro del camarín, del estudio, y el otro es lo que alguien le contó. Ojo, el mío no es la historia oficial de Soda porque es mi visión de las cosas y para que fuera oficial lo hubiéramos hecho entre las tres familias".

—¿En qué momentos extrañás a Gustavo?

—Y... Cuando tenemos que hacer trabajos donde la vida te lleva a volver a meterte con el material de Soda. Sería muy piola tenerlo hoy al lado, compartiendo las decisiones. El era un gran motor y queríamos seguir haciendo cosas, pero sin su voz no se puede hacer más nada y sólo quedamos con el material grabado.

—Gustavo tenía fama de jodido, complicado para relacionarse, ¿lo era?

—Jodido conmigo no lo vi. Sí tenía un carácter particular, era ciclotímico: un día venía a trabajar de buen humor y era fantástico y otro día venía de mal humor y tenías que bancártelo. Pero eso no interfería en el trabajo, siempre tuvimos un gran respeto por la música, los problemas de cada uno no entraban en el estudio.

—Durante el ACV de Gustavo fuiste a la clínica, ¿cómo viviste esa vigilia?

—Fui un par de veces. La verdad es que no me hacía bien... Y sinceramente lo vivía con esperanza.

—¿Tenías esperanza de que despertara?

—Sí, la esperanza se tiene o no se tiene, y yo la tenía. Yo creí, como todos, y agarrándome mucho de la fe y de lo que transmitían Lilian y la familia, que era un caso que podía pelearse y que despertara.

—En 2011, Pergolini dijo que se fue de gira con Soda Stereo, bajó 17 kilos, y que a diferencia de Gustavo zafó de las sustancias tóxicas. ¿Cómo esquivaste eso?

—Son muy importantes los afectos, cuando uno entra en esas historias, son importantes... la gente que te rodea y la importancia que le da uno, porque empieza a cambiar el ambiente, y ese ambiente nuevo te domina, está perdido, si valorás a la gente que te quiere, y podés verlo.

—¿Rechazaste?

—Sí, entendías que eso no eras vos. Que lo que siempre fuiste, y lo que te llevó a hacer quien sos, el trabajo y el talento, y no lo otro.

Circos, presidentes y tarifazos

Desde enero, Zeta Bosio y Charly Alberti están metidos en el estudio Unísono, porque son productores musicales del espectáculo #SodaCirque, que la compañía internacional Cirque du Soleil prepara en Canadá para girar en 2017. "Tenemos 17 canciones, pero al estar entremezcladas llegan a veintipico. Estamos trabajando en el ensamble de la música, buscando que suene más fresco", dice Zeta. Los acróbatas y payasos ya están ensayando la puesta en Montreal. "Vi algo en video y me encantó. Cuando el circo hace un show inspirado en una obra musical, como la de Beatles o Michael Jackson, todo va más allá, no es tanto la acrobacia sino un espectáculo multimedia que desafía las reglas de la física".

—Cambiando de tema, ¿cómo ves el país los primeros seis meses del gobierno de Macri?

—Los primeros seis meses de gobierno no aportan mucho, porque en realidad, si hay que analizar el país ahora, es el país que vamos llevando a los tumbos de los últimos veinte años porque seguimos pagando consecuencias de cosas que se hicieron mal. Soy de Racing, por lo que siempre que empieza algo nuevo, empieza una esperanza, la fe, y es lo que me pasa ahora.

—¿Bancás el tarifazo?

—Sí. ¿Sabés qué pasa? Lamentablemente, es una consecuencia que se paga por una mala política aplicada durante mucho tiempo. Tenemos que volver a plantar las bases para que las cosas empiecen a funcionar.

—Otro tema: de un momento a otro podés ser abuelo...

—Sí. No lo pienso. Ya soy tío abuelo, de Matías, y debuté por ese lado. Abuelo no es una palabra que me asusta.

Fotos: Pablo Cuarterolo y Cedoc

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