viernes 19 de abril del 2024
DESTACADA 21-05-2016 11:34

Intimidades de la visita de Paul McCartney a la Argentina

Estuvo seis días en el país, dio tres shows y no realizó actividades. Gimnasia en el hotel, comida sana y un pedido de masajes. Galería de fotosGalería de fotos

Por Agustin Gallardo | Publicado en la edición impresa de Diario Perfil

"Y, en el final, el amor que recibes es equivalente al amor que das", reza The End, la última canción del disco Abbey Road. El jueves por la noche, Paul McCartney finalizaba el último de sus tres shows en Argentina con este mensaje, y haciendo una reverencia delante de un mar de brazos alzados que le devolvían todo ese amor con una fuerte ovación.

Resulta difícil saber si ésta será la última visita que el ex beatle hace por la Argentina. Lo cierto es que, en este tercer encuentro –había estado en 1993 y 2010–, McCartney, a sus 73 años, demostró estar más vivo que nunca con shows de casi tres horas de duración y un setlist récord de entre 38 y 39 canciones.

McCartney llegó al país el sábado pasado a la provincia de Córdoba, donde al día siguiente brindó el primer show en el estadio Mario Alberto Kempes ante 48 mil personas. El lunes arribó a Buenos Aires y se hospedó en la suite presidencial del Four Seasons. El martes y el jueves realizó sus dos fechas en el Estadio Unico de La Plata, ante 55 mil espectadores que vibraron con un amplio recorrido que hizo de su carrera.

Tranquilo. Abajo del escenario, la estadía de Maca en el país no tuvo grandes estridencias ni salidas estelares con personalidades locales. A diferencia de su par británico Mick Jagger, casi no salió de su hotel salvo para ir a los shows. El miércoles, su única noche libre, cenó en un restó del lugar donde se hospedaba y tomó unos tragos más tarde en un bar contiguo. Había sido invitado para ver el show de Rojo Tango, pero decidió finalmente no ir. Sí lo hizo el resto de su banda, quienes tomaron fotos del evento y las subieron a sus cuentas de Instagram. "Hizo una vida súper relajada. Comió siempre vegetariano, mucha fruta y verdura orgánica también. Fue al gimnasio todos los días y tomó varias veces masajes. En todo momento estuvo de buen humor", contaron a PERFIL desde el Seasons.

Show. Sus tres recitales fueron similiares El inicio fue con A Hard Day's Night, un tema que no interpretaba en vivo desde hacía 50 años. Todas las jornadas tuvieron pasajes de antaño, como al momento de interpretar In Spite of all the Danger, de The Quarrymen, la primera canción que grabó antes de que su banda pasara a llamarse The Beatles. Hubo homenajes para sus dos ex compañeros que ya no están: a John Lennon le dedicó Here Today y a George Harrison, Something. Su esposa Nancy tuvo su momento en My Valentine y para Linda, su recordada ex mujer, interpretó Maybe I'm Amazed, la canción que alguna vez le compuso. Con aceitado timing, y ayudado con frases en español, los shows fueron impecables tanto desde el sonido como con la puesta deslumbrante, que incluyó un descomunal juego de fuegos artificiales en Live and Let Died, y otro de luces para el asombro en Back in the USSR. Como un niño en una juguetería, McCartney pareció disfrutar cada segmento, moviéndose de un lado a otro en un escenario calefaccionado debido al frío intenso de ambas noches platenses, y alternado su clásico bajo Hofner (en forma de violín), con su piano y guitarra.

No faltaron clásicos como Let It Be, Hey Jude y Ob-La-Di Ob-La-Da. El único cambio de las fechas platenses fue en los bises, donde dejó fuera a Hi, Hi, Hi para darle lugar a Jet. Para el final, un cierre épico: Golden Slumbers, Carry that Weight y The End. En la medianoche del viernes, mientras sus músicos volvían al hotel para pasar la última noche, Paul –dicen– emprendía directo su camino a Ezeiza para dejar el país.

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