Galería de fotos
Compartí esta nota
Al Pacino pasó por la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia del brazo de dos bellísimas mujeres: su pareja, la argentina Lucila Polak, y la hija de esta, Camila Morrone.
El actor presenta en el certamen internacional un par de películas sobre envejecer, el arrepentimiento, rendirse y dejar ir.
Sin embargo, no hay nada que temer: el astro de Hollywood dice que todavía no cerrará el telón de su carrera.
Pacino interpreta a un cerrajero de Texas que tiene llaves para todo excepto para su infelicidad, en la película "Manglehorn" de David Gordon Green, una de las 20 que compiten por el León de Oro del festival. También interpreta a un anciano actor que ya perdió su encanto y el contacto con la realidad en "The Humbling", de Barry Levinson, que se proyectará durante el festival pero fuera de competencia.
En ambos filmes, el actor de 74 años se ve arruinado, hecho un desastre, desaliñado y demacrado. Sin embargo, al dialogar con los periodistas antes de los dos estrenos del sábado se veía como toda una estrella vestido de negro, con el cabello alborotado y gafas para el sol de color azul.
Pacino dijo que podía identificarse con deseo del personaje de "Humbling" de meterse en los rigores de la actuación, pero aseguró que no ha perdido su apetito por la profesión.
"Tengo que decir que me siento muy afortunado. Cuando pienso en mi vida y de dónde vengo, como todos ustedes tuve cuestiones siendo joven, tuve que superar cosas y encontré algo en la vida que amo hacer", manifestó el intérprete, según recoge AP.
"He estado en esto mucho tiempo y por el momento, el avión no aterrizará", agregó.
Fotos: AFP
