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Fito Páez está viviendo un gran 2012, festejando el vigésimo aniversario de El amor después del amor, el disco más vendido de la historia del rock argentino. Y con esa excusa, vuelve a la tapa de la revista Rolling Stone, después de trece años.
Fito se entrega a una entrevista abierta, llena de historias personales, ideas sobre el mundo, confesiones y opiniones políticas que convocan al debate.
"Yo no tengo una cuenta bancaria que me permita parar dos meses, por ejemplo", cuenta el rosarino. "No te olvides que cuando gané dinero fue con El amor después del amor, y eso lo invertí todo en hacer el estudio [Circo Beat] y en [la película] Vidas privadas, que me llevó muchos años. Siempre tuve una economía estándar, digamos. De llegar mes a mes. Sumado a los movimientos familiares -los niños, los viajes, las mujeres con las que viví, las separaciones- todo eso te genera una navegación, digamos, hace que tengas que estar activo", agregó el autor de "A rodar la vida", que se estará presentando el 9 de diciembre en Plaza de Mayo.
También opinó sobre la división política que se da en la sociedad argentina, y dijo que esta época "esta buena" por "la claridad de las posiciones que se toman". El músico estimó que "hablar de un país dividido, y ponerse por fuera de eso, me parece que es un poco tibio. Como si el conflicto estuviera afuera: yo miro la pelea que tienen ustedes. Yo no lo veo así. Yo veo que hay una gente intentando construir algo que se parece más a los valores con los que fui criado. Y la otra gente no, la otra gente tiene una tradición de las cosas que a mí no me gustan. Entonces no sé si los quiero en mi mesa. Tenemos que convivir. Aprender a discrepar sin llegar al chumbo".
"Honestamente, lo que siento es que todo lo que está ligado al kirchnerismo se parece más a mí. Todo lo que están haciendo, desde que arranca Néstor hasta acá, me interesa, me parece que es noble. Después sí, están las líneas medias, no sé qué pasa allí. Tampoco entiendo a los que dicen que Cristina no habla con nadie. ¿Con quién se va a sentar a hablar sobre cómo manejar un país? Ahí hay planes, ideas. En todo caso: ganen las elecciones y gobiernen. Si cada decisión la tenés que consultar con los 200 oligofrénicos que tienen micrófono en un programa de televisión, es imposible. Las decisiones se toman en una habitación. El resto es escena. No se sabe nada", opinó.
Y sobre el rol del artista, Fito manifestó que lo que hace un artista es "intentar no perder nunca la capacidad de jugar, esa manera natural de meterse en problemas que uno tiene cuando es niño".
"Es la tarea de la vida adulta: entender que no existe el adulto como figura a la cual arribar. Porque en ese momento te transformás en una estatua, en un prócer, en un tarado. La tarea es recordárselo a la tribu: no nos olvidemos que sabemos mirar, abrazar, reír, no nos olvidemos que podemos decir lo que queramos. Ahí está lo más salvaje y hermoso de nuestro corazón: no tener miedo. No hay que tratar de rescatarse delante de nadie. Estamos todos perdidos en el universo", reflexionó.
