jueves 18 de abril del 2024
DESTACADA 14-10-2012 08:37

Sandra Mihanovich: "Nunca ostenté ni oculté mi sexualidad"

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Por Lucía Marroquín (Diario Perfil)

"Dos más dos es cuatro, estamos en el baile”, dice Sandra Mihanovich: desde que, en agosto, le donó un riñón a Sonsoles, la hija de su pareja, su elección sexual se hizo explícita. La historia de amor con Marita Novaro comenzó en 2008, pero ella y Mihanovich eran amigas de toda la vida. Sandra Mihanovich asegura que nunca sintió la necesidad de ser una militante de los derechos de las minorías: “Siempre tuve una actitud de no ostentar ni ocultar –dice–. A mí me bastaba el hecho de que mi elección alcanzara”.

La cantante es la madrina de bautismo de Sonsoles y eso les dio un punto a favor para que se autorizara el trasplante, que está prohibido entre personas que no tengan un vínculo familiar directo. “Con Sonsoles tenemos una compatibilidad que rara vez existe entre consanguíneos”, cuenta Mihanovich, que asegura estar recuperada aunque sigue tomando los dos litros de agua diarios que le recetaron.

Ahora, Mihanovich ya empezó a hacer pilates y volvió a los escenarios con su nuevo disco, Vuelvo a estar con vos, que presentó el viernes en el Teatro Opera. Actuó en Vulnerables (1999) y Costumbres argentinas (2003), y asegura que los personajes secundarios en televisión siempre la tientan.

—¿Cómo te sentís a dos meses de la operación?

—Casi sin dolor, no estoy tomando medicación, de hecho nunca tomé. Salí del sanatorio tomando paracetamol.

—¿Esperabas la repercusión que tuvo el trasplante?

—No en la magnitud en la que ocurrió. Fue todo muy maratónico, muy fuerte. Sentí una corriente de amor, de afecto, de cariño, de abrazo y gratitud. Es un privilegio. Todo el relato fue como una historia de amor, sin sensacionalismos y sin jugar con la interna.

—¿Cómo sentís esta nueva popularidad?

—Como un privilegio, y el trasplante lo vivo como un milagro. Con Sonsoles tenemos dos antígenos en común, una compatibilidad que es rara incluso entre consanguíneos. Eso la ayuda, porque tiene que usar menos medicación para evitar el rechazo.

—Siempre tuviste perfil bajo, ¿te molestó que ahora se hablara de tu vida privada?

—Se puso de manifiesto, pero me la tenía que bancar. No lo elegí, es una consecuencia de lo que hice y me hago cargo. Pero no voy a empezar a hablar de mis vínculos ni nada. Siempre tuve una actitud de no ostentar ni ocultar. Debe ser por una cuestión un poco familiar. Mi vieja es una mina con un perfil muy bajo; más allá de que todos saben que está casada con César, jamás hace notas sobre su vida privada.

—Desde que cantaste “Soy lo que soy” fuiste símbolo de la reivindicación del derecho a la elección sexual, ¿lo buscaste?

—Cuando canté la canción en el ‘84 fue un gran éxito porque trascendía la identidad de las minorías. Acabábamos de recuperar la democracia, era una Argentina que quería decir “soy lo que soy”. Con el correr del tiempo se fue identificando con el tema de los derechos igualitarios y fue utilizado en los desfiles y marchas gay. Yo no la canté con ese fin, a mí me bastaba el hecho de que mi elección alcanzara. Y ahora, es dos mas dos cuatro, estamos en el baile…

—Dijiste que el trasplante había estrechado tus lazos con Sonsoles, ¿cambió también el vínculo con Marita, tu pareja?

—No, ya es un vínculo muy sólido desde hace años. En realidad una cosa es consecuencia de la otra.

—¿Sentís que tuviste suerte en el amor?

—Sí, siento que tuve suerte en la vida y en el amor. Me siento una privilegiada. La palabra que más repito y que más quiero repetir es gracias.

—¿Cuál es tu idea de familia?

—Creo que la familia tiene que ver con la historia de uno, lo que uno trae, más las personas que uno va eligiendo en el recorrido. A partir de que la sociedad empieza a dejar un poco de lado las hipocresías, las familias se empiezan a sincerar. Lo que no cambia son los valores, sea como sea que la familia esté conformada.

—¿Sos religiosa?

—Tengo fe, pero me cuesta la parte más ortodoxa. Soy católica, iba a la misa de la juventud cuando era chiquita. Pero sufría mucho, los conceptos de pecado y de culpa me parecen tan chotos…

—¿Cómo es tu relación con tu hermano, Vane, y su hija Sol?

—Con Vane tenemos un vínculo espectacular, de amigos, de hermanos, de haber crecido con la música juntos toda la vida, con altos y bajos típicos de hermanos. Desde 2008 es mi manager y funciona muy bien. Y Sol es un sol. Está terminando su primer disco largo.

—Participó de “Soñando por cantar”, en El Trece, ¿lo consultó con vos?

—Cuando surgió lo de Soñando, yo no estaba muy convencida. Pero estuvo bueno porque es un lugar muy groso de exposición y ella no cambió nada de lo que hace por estar ahí. Alejandro, Oscar, Patricia (Lerner, Mediavilla y Sosa, integrantes del jurado) estaban aterrados de que no les gustara. Hubiera sido horrible. Pero les gustó mucho.

—¿Extrañás actuar?

—Me dan ganas, la última vez fue la serie de unitarios de Underground Lo que el tiempo nos dejó (en Telefe), y me encantó. Está claro que soy cantante y mi eje tiene que ver con la música, pero hacer algún personaje secundario siempre me tienta.

—¿Mirás televisión?

—Me gusta la ficción, los realities no me divierten tanto. Soñando por cantar me gustó mucho porque se hizo muy bien. Pero después hay mucho circo. Las ficciones de este año me encantan, miro Tiempos compulsivos y me gusta muchísimo. Y me divierte tanto Graduados como Sos mi hombre.

—¿Escuchás a Mónica y César en la radio?

—Sí, siempre, me encantaron. Se complementan bien, son fieles a lo que siempre fueron, son los mismos a los que veíamos todos los días en el noticiero de Canal 13. Cuando se vino la avalancha mediática por el trasplante, su programa fue al primer lugar en el que hablé.

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Fotos: Jorge Amado Group

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