Mariana Nannis finalmente conoció el "templo botinero" por excelencia: la "reina botinera" estuvo en Esperanto, de la mano de Ricardo Fort.
Nannis llegó pasadas las 2:30 de la madrugada con su hija Charlotte y un grupo de amigos, y se ubicó en la mesa del millonario, que llegó momentos más tarde.
Todos bailaron, charlaron y se divirtieron, y la rubia por fin conoció el boliche del que tanto le habían hablado.
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