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A pesar de que su palabra es una de las más más buscadas en este momento, Mirtha Legrand eligió el silencio y cada vez que la llaman para consultarla sobre el escándalo que protagonizó su nieta Juana Viale con Martín Lousteau, su asistente Elvira responde: "La señora no va a hablar al respecto". Una fuente muy cercana a la familia comentó que esta vez, el problema la golpeó muy fuerte.
Según publica Caras, el miércoles 21 Juanita llegó a la casa de su abuela para buscar las llaves de la vivienda del Golf Club Argentino, donde iba a instalarse con una amiga. En ese momento, la diva dio rienda suelta a su enojo y mantuvo una discusión muy dura con su nieta. El mal momento duró casi una hora e incluyó gritos, reproches, lágrimas y hasta una mano levantada de la joven en un intento de hacer callar a su abuela.
"Nunca vi a Juana de esa forma. Estaba desencajada y no recapacitaba. Cuando Mirtha le dijo que había 'arrastrado a la familia al fango', la chica se enfureció. 'Chiquita' está muy triste y golpeada. Ella dice que no se hace cargo de lo que haga su nieta, pero esto la desubicó totalmente porque no esperaba una cosa así", dijo un allegado a la familia.
Mirtha, por el momento, suspendió todas las reuniones que tenía programadas para evitar a la prensa, y, refugiada en su piso de la Av. Del Libertador, sólo habla por teléfono con su hija, Marcela, su nieto, Nacho, y su ex yerno, Ignacio Viale del Carril.
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