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Al cantante Justin Bieber, de 16 años, le faltó poco para ser arrestado después de lanzarle dos bombitas de agua a un policía en Maryland. Una de ellos estalló en el cinturón del oficial y la otra le dio de lleno en el pecho. Gracias a su representante, el artista quedó libre en el momento.
"Aún me sigo riendo. Un gran día", escribió Bieber cuando llegó a su casa después de lo ocurrido.
Todo ocurrió antes de una actuación que el cantante tenía prevista en Maryland, EEUU. Bieber había estado practicando en su puntería con los globos antes de que dos de éstos acabasen en un policía que se encontraba controlando a la multitud.
Cuando uno de los globos estalló en el cinturón que llevaba el agente y otro, sin estallar, chocó contra su pecho, el policía enfureció y se dirigió al cantante para arrestarlo. Afortunadamente el guardaespaldas de Justin pudo hablar con el agente para que el joven artista no fuese detenido.
Justin "estaba merodeando con miembros de su equipo alrededor de un remolque, cuando uno de sus globos chocó contra el cinturón del arma de un agente y estalló, y el otro le dio al agente en la espalda pero no estalló", según un informe de la comisaría de la ciudad.
Un portavoz del centro de policía describió el comportamiento de Bieber como "inapropiado", pero confirmaron que "el informe del incidente no fue archivado y no se tomará ninguna acción contra él por su comportamiento".
Justin se está creando fama como bromista. Hace poco tiempo hizo una llamada a la estrella del pop, Akon, para fingir que era su hijo ilegítimo. "Era como, 'Papi, ¿por qué no me quieres?', realmente sacó a Akon de sus casillas", explicó Scooter, el manager del cantante.
Cuando preguntaron al cantante de Baby por sus continuas bromas, Bieber advirtió vía Twitter: "Por supuesto que estoy bromeando!! Me río de todo el mundo, nadie está a salvo".
